Por: Javier Chan
De acuerdo con el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), México pierde cada año cerca de medio millón de hectáreas de sus bosques y selvas debido a cambios de uso de suelo forestal que son destinados para la agricultura, ganadería o para construir desarrollos urbanos y carreteros, además de la tala pública permitida, la tala ilegal y por incendios naturales y provocados.
La desaparición de territorio forestal afecta a toda la comunidad, por ello es que urge un cambio de paradigma en el que además del fortalecimiento del manejo forestal comunitario y el manejo regenerativo de suelos, se trabaje en reverdecer el planeta como una acción indispensable para revertir los efectos del cambio climático.
La reforestación sustentable es una acción concreta para hacerlo, es la restauración de ecosistemas, la recuperación del agua, de especies endémicas. En Querétaro, el colectivo Reforestemos Qro, junto con el campesino y ambientalista huimilpense, Miguel Maya Sotelo, realizaron en 2019 la primera reforestación ciudadana sustentable; en la que participaron más de 200 ciudadanos y en la que se incluyó el diseño hidrológico para la siembra.
“Donde hay comida, hay visitas” Aseguró Don Miguel. Para él es importante la planeación sustentable tomando en cuenta a todos los actores de un ecosistema, ya que después de varios años de trabajar en ello, observó que el hacer plantaciones mixtas (frutales con forestales) junto con la reducción de la presencia de animales de pastoreo, es lo que le ha generado buenos resultados. Ya que los frutales atraen a aves y pequeños mamíferos que abonan la tierra y ayudan a fortalecer el ecosistema.
En la experiencia de Miguel Maya, para que una reforestación sea exitosa se necesitan cuidar varios elementos. Uno indispensable es la maduración del árbol, cuidarlo por lo menos 3 años en invernadero (de preferencia cercano al lugar de la plantación) ya que asegura, eso incrementa el porcentaje en resultados positivos.
Un elemento vital para cualquier reforestación, es el agua. Por ello, en las reforestaciones sustentables, como la que realizó el colectivo de la mano de Don Miguel, se planea además del diseño de siembra, el diseño hidrológico: que es la manera en la que se va cosechar, almacenar e infiltrar agua de lluvia para conducirla sin erosionar el suelo, creando barreras de contención para retenerla.
Actualmente, existen distintos programas para fortalecer la organización comunitaria; como el desarrollo de proyectos productivos sustentables para que la gente viva de sus bosques y los conserve, pero esfuerzos como el de Reforestemos Qro, con Ricardo Vélez y Galia Villareal, involucran y empujan a la gente a comprender que la comunidad somos todos.
Los bosques tienen en su ADN la regeneración; bien conservados y sin la mano del hombre son resilientes. Hay que dejar que la naturaleza haga su trabajo, y en donde hemos decidido terminar con la masa arbórea y dejado el suelo infértil, ahí es donde hay que trabajar “con agua, tierra y amor”.